Profeta Lucy Rael – Viernes 11 Marzo 2022

La oración es la obra junto con Dios para cumplir su plan aquí en la tierra.

«Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos». Lucas 11:1 Ellos se dieron cuenta que por medio de la oración las cosas sucedían, la sanidad, milagros.

«Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra». Lucas 11:2 La oración del Padre nuestro es la oración del presente, para el día de hoy, no para el futuro. En el griego la traducido dice: Santificado es tu nombre…

Después que el Señor Jesús les enseño a orar, «Les dijo también ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos? Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite». Lucas 11:5-8

Nosotros necesitamos ir donde está nuestro Padre, y tocar la puerta. Y no darnos por vencidos al ver la circunstancias. Hay cosas asignadas en el cielo a la iglesia que nunca llegarán porque la iglesia no ora.

«También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia». Lucas 18.1-5

La reina de Inglaterra dijo que le temía mas a un hombre de rodillas que a todo un ejercito. La oración te va a llevar a dimensiones que nunca imaginaste, tenemos que orar hasta ver resultados, hasta conquistar.

La pena de Daniel era la muerte, pero el arriesgo su vida, prefirió ser comido por los leones pero no dejar de orar.

Lo único que pone al diablo de rodillas es un hombre de rodillas.

Daniel sabia que si dejaba de orar estaría muerto. Porque un hombre que no ora está muerto, y un muerto no tiene ministerio, un muerto no necesita el milagro, sanidad, prosperidad. Satanás no le teme a tu ministerio, le teme a una persona que le cree a la Palabra de Dios. Es el tiempo de orar, la oración produce fe.

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