Hay tres fiestas fundamentales que Dios estableció en Otoño (Trompetas, Día de Expiación, Tabernáculos), ahora toca sembrar la semilla en el ciclo de la prosperidad para un nuevo año. «Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma». 3 Juan 1:2
Las fiestas de Otoño hablan de las profecías que tiene que ver con el Rapto de la Iglesia, la gran tribulación y la segunda venida de Cristo, y con el Milenio “el Reino de Jesucristo durante 1000 años en el planeta tierra”.
Si Cristo no regresa en este año entonces esperaremos un año más, y tenemos que prepararnos porque cada año la maldad en el planeta tierra se incrementa. El Libro profético de Isaías en su capitulo 9 nos habla de las dos venida de Jesucristo (primera venida del Mesías y la segunda venida de Cristo).
«Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios». 1 Corintios 2:9-10 El Espíritu Santo está trayendo revelación para que la generación de este siglo XXI no ande en tinieblas ni en ignorancia de la verdad porque el mundo está confundido plenamente, muchas falsas noticias, mucho engaño en los medios de comunicación.
Sino tienes al Espíritu Santo fácilmente caerás en el engaño, y el arma que utiliza el diablo es el miedo. Un cristiano que anda en miedo paraliza su fe, solamente agradamos a Dios teniendo fe. «Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido». 1 Corintios 2:12
Necesitamos ubicarnos en el tiempo tan importante de la profecía, Cristo puede venir en cualquier momento
«Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor». Mateo 24:42 ¿Cómo puedo mantenerme despierto espiritualmente?
Somos espíritu, alma y cuerpo. Mi alma debe someterse a mi espíritu, y mi espíritu al Espíritu Santo, porque debo caminar en el espíritu. Después de aceptar a Jesucristo debimos haber entrado a un ejercicio de disciplina en lo espiritual, dejar al alma a un lado y obedecer en todo al Espíritu Santo aunque no lo entendamos. Estamos en una lucha entre la carne “el alma carnal” y el espíritu “nuestro espíritu”, el alma carnal quiere imponer condiciones, voluntades.
La Biblia dice que nos debemos ejercitar en fe, esto es un trabajo personal. ¿Cómo podemos velar? «Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración». 1 Pedro 4:7 Necesitamos fortalecernos en fe, y el punto de partida es la oración. La oración es la comunicación de la tierra al cielo, Jesucristo dijo: «Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido». Juan 16:24 Ahora depende de nosotros, es nuestra responsabilidad ejercitarnos en oración.
Profecía dada por el profeta Isaías 740 años antes del cumplimiento. «Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz». Isaías 9:6
«Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,». Gálatas 4:4 Toda la humanidad estaba bajo la ley de muerte, y Cristo la destruyo en la cruz del Calvario (Hebreos 2:14).
Todo nacimiento tiene un propósito. «Para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos». Gálatas 4:5 Cristo murió por la humanidad para que allá oportunidad de salvación. «Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra». Romanos 7:6
El regalo de ser hijos de Dios
«A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron». Juan 1:11 Los suyos no recibieron está bendición. «Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!». Gálatas 4:6 Habla de la oración, del Espíritu Santo que te ayudará a orar.
«Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días». Hechos 1:4-5 El día de Pentecostés fue el nacimiento de la Iglesia cristiana.
«Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra». Hechos 1:8 «Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable». 1 Pedro 2:9 Dios nos escogió, lo único que nosotros hicimos fue arrepentirnos de nuestros pecados.
Preparémonos para el Rapto de la Iglesia
1. El Rapto es el próximo acontecimiento profético mundial
A. “Y de repente” son las palabras claves para el Rapto
- El inicio de la Iglesia (hace XXI siglos) fue de repente (Hechos 2:1). Debemos estar orando todos los días. «Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre». Lucas 21:36
- El final de la Iglesia será de repente (Mateo 24:42-44).
B. La Iglesia (un misterio revelado) es el injerto de Dios en la profecía de las 70 semanas de Israel
«Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos». Daniel 9:24
Linea profética de 70 semanas para Israel y la Iglesia
Cuando Jesucristo vino a solucionar el problema del pecado, Israel lo rechazo. Entonces Dios de la linea del tiempo (70 semanas) abrió un paréntesis, detuvo el tiempo en la semana 69, y no dejo que iniciara la semana número 70. Dios introdujo un pueblo que no era pueblo para darle celos a la nación de Israel, hoy estamos en ese tiempo, y es el tiempo de la Iglesia. La Iglesia nace de manera sobrenatural, camina guiada por el Espíritu Santo. «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios». Romanos 8:14
Israel y la Iglesia.
El tiempo de la Iglesia es temporal, comenzó hace XXI siglos. Jesucristo dijo que solo dos días estaban destinados para el trabajo que el tenia que hacer en la tierra (hoy y mañana echo fuera demonios).
«Aquel mismo día llegaron unos fariseos, diciéndole: Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar. Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra». Lucas 13:31-32 Jesucristo habla de dos días para trabajar. «Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día». 2 Pedro 3:8
2 días son 2000 años, estamos en el año 2022, quiere decir que ya pasaron 22 años más.¿Por qué Jesucristo no ha regresado, por qué no ha venido el Rapto?
La gracia de Dios. «El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento». 2 Pedro 3:9
Aquellos que no caminan con el Espíritu Santo serán sorprendidos. «Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas». 2 Pedro 3:10 Ejemplo de la parábola enseñada por el Señor Jesús de las diez vírgenes, unas dejaron de de orar no se llenaron del Espíritu Santo.
Esto sucederá en el milenio. «Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento». Isaías 65:17 «Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más». Apocalipsis 21:1
Dios nos exhorta. «Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz». 2 Pedro 3:11-14 Sin santidad nadie se va en el Rapto.
C. El Rapto es el final del trabajo de la Iglesia en la tierra
«No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé». Juan 15:16
«En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos». Juan 15:8
2. Del Rapto al Milenio
A. El tribunal de Cristo en el Cielo
«He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra». Apocalipsis 22:12
«Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo». 2 Corintios 5:10
B. Las bodas del Cordero en el Cielo
«Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos». Apocalipsis 19:7-8
C. La Segunda Venida de Cristo con su Iglesia glorificada reinarán mil años en la tierra (el Milenio)
«Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea». Apocalipsis 19:11
«Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso». Apocalipsis 19:13-15
3. Cómo prepararnos para el Rapto
1. Orar con el entendimiento y con el Espíritu
«Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento». 1 Corintios 14:14-15 (Marcos 14:37-38)
Orar por la predicación del evangelio. «Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre». Juan 6:27 «El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega». Juan 4:32-36
Hablar en lenguas, es el Espíritu Santo quien está comunicando tu espíritu con el cielo, y es la perfecta voluntad en cuanto a la oración. «Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios». 1 Corintios 14:2 «El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia». 1 Corintios 14:4
Beneficios de la oración:
A. La llenura del Espíritu Santo (unción). «Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios». Hechos 4:31
B. Derramamiento del amor de Dios para amar al prójimo. «Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?». Mateo 5:43-46 En tu propia carne no lo podrás hacer, necesitamos la ayuda del Espíritu Santo, y es en la oración donde el nos ayuda. «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto». Mateo 5:48 (Romanos 5:5, 1 pedro 4:7-8)
C. El incremento de la fe para resistir al diablo. La persona que no ora siempre andará quejándose de la situación que está viviendo (1 Pedro 5:8–9, Lucas 22:31–32, Efesios 6:10–13, 16, 1 Juan 5:4–5 ).
D. Recibir de Dios el denuedo, la valentía para predicar (Hechos 4:31).
E. Dios nos revela sus ministerios (Jeremías 33:3, 1 Corintios 14:2, 1 Corintios 2:9–10).
2. Ayunar periódicamente para destruir fortalezas espirituales
El proposito del ayuno es que la carne mengüe. «¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?». Isaías 58:6
3. Escudriñar las Escrituras
«Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí». Juan 5:39
4. Obedecer al Espíritu Santo
Nos guía a la Cruz de Cristo para apartarnos del mundo. «Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo». Gálatas 6:14 (Romanos 8:13–14, Gálatas 2:20)
5. Dar fruto para Dios
«No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé». Juan 15:16 (Juan 15:5, 8)
6. No dejar de ir a la Iglesia para ser pastoreado(a)
«Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca». Hebreos 10:24-25
El propósito de los ministerios. «A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor». Efesios 4:12-16
«Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe». Hebreos 13:7 «Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso. Orad por nosotros; pues confiamos en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo. Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea restituido más pronto». Hebreos 13:17-19
«Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados». 1 Pedro 4:7-8
«Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo». 1 Pedro 5:8-9
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