Pastor Ernesto Pinto:
¿Qué tipo de familia está usted construyendo?
En muchos de nuestros casos los modelos de familias de nuestros padres no fueron los mejores.
¿Está usted entendiendo y supliendo las necesidades básicas de su cónyuge?
¿Es ella o el importante en mi agenda diaria?. Si para Dios es importante el matrimonio, ¿Por qué no es importante para nosotros?.
Dios quiere que cada familia sea un Sacerdote en la comunidad donde está, vendrán a su hogar personas a ustedes en su necesidad, ¿Está usted preparado para atenderlos?
¿Qué comunico con mis actitudes diarias?
¿Tenemos paz y prudencia en la forma que comunicamos a los demás? Aprendamos a ser agradecidos.
¿Cómo hago sentir a mi pareja? ¿Cómo hago sentir a mi esposa delante de mis hijos?
«Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer. Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que este que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él. Y aconteció que un día vino él por allí, y se quedó en aquel aposento, y allí durmió». 2 Reyes 4:8-11
Cuando hay problemas en el hogar, alguien tiene que traérselos a Dios.
Aquí tenemos un hombre indiferente pero una mujer prudente.
¿Conoce usted profundamente a su pareja, por lo menos lo básico?. Ellas necesitan seguridad, atención, cuidado, amor, etc.
Aunque el hombre y la mujer son iguales en relación a Cristo, las Escrituras asignan papeles específicos para cada uno dentro del matrimonio. Para que una relación conyugal funcione con armonía debemos entender, ¿Cuál es el plan de Dios para mi matrimonio?
La responsabilidad del marido:
- Las mujeres necesitan afecto: «Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo». 1 Pedro 3:7
- El hombre debe permitir que haya dialogo constante: «para que lo manifieste como debo hablar. Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno». Colosenses 4:4-6
- La sinceridad: «Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo». Efesios 4:25-27
- La estabilidad económica: «porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo». 1 Timoteo 5:8 «Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día». Deuteronomio 8:18 Nosotros dependemos del Creador.
- El esposo debe asumir el liderazgo en la casa: «porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador». Efesios 5:23 «Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo». 1 Corintios 11:3 Cristo amó a la iglesia (Su pueblo) con compasión, misericordia, perdón, respeto y sin egoísmo. De esta misma manera, los esposos deben amar a sus esposas.
«Entonces dijo a Giezi su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando la llamó, vino ella delante de él. Dijo él entonces a Giezi: Dile: He aquí tú has estado solícita por nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo. Y él dijo: ¿Qué, pues, haremos por ella? Y Giezi respondió: He aquí que ella no tiene hijo, y su marido es viejo. Dijo entonces: Llámala. Y él la llamó, y ella se paró a la puerta. Y él le dijo: El año que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, varón de Dios, no hagas burla de tu sierva. Mas la mujer concibió, y dio a luz un hijo el año siguiente, en el tiempo que Eliseo le había dicho». 2 Reyes 4:12-17
La actitud del padre
«Y el niño creció. Pero aconteció un día, que vino a su padre, que estaba con los segadores; y dijo a su padre: ¡Ay, mi cabeza, mi cabeza! Y el padre dijo a un criado: Llévalo a su madre». 2 Reyes 4:18-19 A este padre no le importaba su hijo. La Escrituras nos deja estos detalles para que nosotros nos pongamos a pensar.
«Y habiéndole él tomado y traído a su madre, estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía, y murió. Ella entonces subió, y lo puso sobre la cama del varón de Dios, y cerrando la puerta, se salió. Llamando luego a su marido, le dijo: Te ruego que envíes conmigo a alguno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al varón de Dios, y regrese. Él dijo: ¿Para qué vas a verle hoy? No es nueva luna, ni día de reposo. Y ella respondió: Paz. Después hizo enalbardar el asna, y dijo al criado: Guía y anda; y no me hagas detener en el camino, sino cuando yo te lo dijere. Partió, pues, y vino al varón de Dios, al monte Carmelo». 2 Reyes 4:20-25
Dios honro la vida de está mujer, el niño fue resucitado. No importa como este tu circunstancia, Dios lo puede levantar, si tan solo confiamos en El.
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