Dos realidades que definen la prosperidad económica entendida como la bendición de Dios permanente sobre cada uno de los que amamos a Dios.
1.- La realidad espiritual.
Amar a Dios sobre todas las cosas, y a tu prójimo como a ti mismo, la realidad espiritual es la que gobierna.
«Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová. Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos». Hageo 1:5-11
2.- El cuidar, el amar, guiar la familia
«Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová». 1 Samuel 2:12
Si la espiritualidad gobierna la atmósfera que rige la tierra, y nosotros descuidamos la espiritualidad de nuestra casa, seremos como los fariseos que se golpeaban el pecho.
Los hijos de Eli no le daban la importancia a lo espiritual, porque el padre no les había enseñado. «Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová». 1 Samuel 2:17
«Pero Elí era muy viejo; y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes. No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová». 1 Samuel 2:22-24
¿Cómo estamos guiando a nuestros hijos?
El mundo pasa y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. El mundo nos enseñara ciertas cosas, pero la Palabra de Dios nos enseña nuestra responsabilidad, y es ser modelo en nuestra casa. El padre no corregía a sus hijos.
Consecuencias de no obedecer los principios de la Palabra de Dios
«Y yo le escogí por mi sacerdote entre todas las tribus de Israel, para que ofreciese sobre mi altar, y quemase incienso, y llevase efod delante de mí; y di a la casa de tu padre todas las ofrendas de los hijos de Israel. ¿Por qué habéis hollado mis sacrificios y mis ofrendas, que yo mandé ofrecer en el tabernáculo; y has honrado a tus hijos más que a mí, engordándoos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel? Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco. He aquí, vienen días en que cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de modo que no haya anciano en tu casa». 1 Samuel 2:27-30
Dios honra a los que honran su familia. Cuando nosotros no honramos al Señor, estamos condenando a la comunidad a vivir sin la presencia de Dios.
«Y el arca de Dios fue tomada, y muertos los dos hijos de Elí, Ofni y Finees». 1 Samuel 4:11
Reedificar la casa de Dios
«Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada». Hageo 1:2 Muchos han abandonado el congregarse en los templos. No hay que descuidar la familia ni el lugar de adoración porque el castigo de Dios se hace presente cuando descuidamos estás cosas.
«¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová». Hageo 1:4-8
«Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra». Salmos 121:1-2 Necesitamos tomar acción.
Todo comienza con el gobernador. «Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová. Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová. Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios». Hageo 1:12-14
Dios despertó el espíritu del gobernador, y él quiere despertar tu espíritu, quiere traer pasión a tu alma.
El ejemplo del endemoniado de Gadareno, un hombre que Jesucristo libertó, y le rogaba que lo dejase estar con el. Mas Jesús lo envió a predicar a los suyos. «Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti». Marcos 5:18-19
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