Poned la mira en las cosas de arriba

Pastor Abel Ordoñez:

Estamos viviendo tiempos de apostasía, muchos cristianos están en tibieza espiritual, en los afanes de está vida, satisfaciendo algunos las obras de sus carne. «Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria». Isaías 60:2 Por esto Jesucristo vino a la tierra venciendo y destruyendo el imperio de Satanás, todo lo que estaba perdido lo rescató. «Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo». Efesios 5:14

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra

«Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra». Colosenses 3:1-2

Nuestra casa está en el cielo, Jesucristo dijo: «En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros». Juan 14:2 Estamos de paso en la tierra, nuestra mirada debe ser en el Señor.

Es necesario resucitar (Colosenses 3:1), no cualquiera puede buscar las cosas de arriba, no cualquiera puede buscar a Jesucristo y tener el entendimiento de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios nos dice que los que están sin Cristo están muertos espiritualmente. «Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios». Colosenses 3:3 «Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí». Juan 14:6

Quien camina en delitos y pecados, está muerto, solo Jesucristo puede darnos vida. «Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)». Efesios 2:1-5

«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios». Efesios 2:8 Lo menos que podemos hacer es agradecerle a Dios y estar dispuesto a servirle. «Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios». 1 Pedro 4:6

Dios quiere que te acerques a él, que reconozcas que Jesucristo es el Señor. «Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación». Romanos 10:8-10

Puesto los ojos en Jesús

«Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios». Hebreos 12:1-2

Puesto los ojos en su Palabra. «Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí». Juan 5:39 De su Palabra viene la fe.

Jesucristo al ir a la cruz estaba viendo la salvación de las almas, menospreciando el oprobio. ¿Qué has menospreciado para seguir a Cristo?«Mis ojos están siempre hacia Jehová, Porque él sacará mis pies de la red». Salmos 25:15 Aunque tu estés una necesidad o en una crisis, nunca quites tus ojos de Jesús, él tiene la respuesta.

Jesucristo vino del cielo a la tierra a confrontar las tinieblas, un día le anuncio a su muerte a sus discípulos. «Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres». Mateo 16:21-23

Hemos sido elegidos para ver a Jesucristo permanentemente y no las cosas de este mundo, ¿por qué no ir a la cruz?, y por qué no decirle a Satanás: Apártate de mi me eres estorbo. Jesucristo viene por una Iglesia pura y sin mancha, pero nadie puede estar en santidad sino pasa por la cruz. «Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno». Salmos 139:23-24

Jesús vino a traer espada

«No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa». Mateo 10:24-36

Jesucristo no es que quiera la división de la familia sino la purificación. ¿Te da vergüenza hablar de Cristo? «A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos». Mateo 10:32-33

«El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará». Mateo 10:37-39

«Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros». Juan 14:15-18 Tenemos a alguien que está aquí con nosotros, el mismo que te convenció de decir: Jesucristo es mi Señor.

«Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?». Lucas 11:13

«Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho». Juan 14:26 El propósito de hacerte recordar la palabra es para que tu la hables, para que él poder de Dios salga de tu boca y los demonios huyan, y no estorben tu mirada hacia Jesucristo. «pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra». Hechos 1:8

Si Dios nos dejo poder también nos dejo armas. «Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo». 2 Corintios 10:3-5

Dios nos exhorta a no andar en los pensamientos de la tierra. «Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús». Efesios 4:17-21

«En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente». Efesios 4:22-23 Somos renovados por la Palabra.

Tenemos que conocer la Palabra de Dios. «Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos». Oseas 4:6

Con el conocimiento identificamos donde está la guerra. «Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis». Gálatas 5:16-17 Tal vez deseas servirle a Dios predicando en las calles pero no puedes, porque hay una guerra.

«Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios». Gálatas 5:18-21

«Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu». Romanos 8:1 «Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia». Romanos 8:10 «Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios». Romanos 8:12-14

Armas poderosas en Dios

Poder: Cuando Jesucristo envió a predicar a los 70, ellos se sorprendieron que aun los demonios se sujetaban. El les dijo: «He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará». Lucas 10:19 Dios nos ha dado un espíritu de poder, de amor y de dominio propio (2 Timoteo 1:7).

Su Palabra: «¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?». Jeremías 23:29 «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón». Hebreos 4:12

«Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié». Isaías 55:10-11

El nombre de Jesús: «y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre». Filipenses 2:8-11

«Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré». Juan 14:13-14

«Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán». Marcos 16:16-18

No te entretengas con cosas de este mundo porque el mundo pasará, el tiempo es corto. «Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos». Salmos 90:10

«Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón». 1 Tesalonicenses 5:2, 4 Busca al Señor mientras pueda ser hallado, el tiempo se acorta. Pon tu mirada en Jesucristo.

«Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo». 1 Tesalonicenses 5:8-9

Dios quiere que seamos verdaderos hijos. «Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros». 1 Juan 1:6-8

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