Apóstol Jesús Tax:
La Biblia es el Libro autorizado para hablar de toda la humanidad. Por el pecado de Adán y Eva, el diablo se hizo de dominio sobre la tierra, paso a ser el príncipe de este mundo. Cuando Jesucristo fue tentado, el diablo le ofreció todos los reinos de esta tierra, porque Adán se los entregó por el pecado. «Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos». Lucas 4:5-7
Jesucristo vino a resolver el problema del pecado, se le conoce como restauración de todas las cosas.
Dios siempre tiene un remanente en la tierra. «Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal». Romanos 11:4
«Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra». Romanos 11:5-6
Dios estableció las leyes del sacrificio “obras”. La ley conducía hacia Jesucristo el salvador, la ley no salvaba, la ley mostraba el pecado. Recordemos que el pecado trajo la maldición sobre la tierra.
Dios estableció con Israel la ley del sacrificio de animales, porque a través del derramamiento de un cordero macho sin defecto, la sangre haría remisión de pecado. Por esto alguien tendría que morir.
Dios dispuso a su propio hijo como el Cordero que vendría a morir por nosotros los pecadores
El Mesías prometido vino con el propósito de anular el pecado en la cruz del Calvario, quedó anulado la ley del sacrificio. Al tercer día el Señor Jesucristo resucitó con un cuerpo glorificado, su resurrección representa la victoria sobre el diablo. Dio un nacimiento a un pueblo que no era pueblo, la Iglesia de Jesucristo.
«Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación». Colosenses 1:15 El Dios creador de todo lo que existe es invisible, no lo vemos porque el es Espíritu pero el está presente. Jesucristo es la imagen visible de un Dios invisible.
Jesús vivió una vida familiar desde su niñez sujeta a sus padres, hasta los 30 años comenzó su ministerio guiado por el Espíritu Santo.
Tenemos el ejemplo de Felipe. «Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras». Juan 14:8-11 Jesús era la imagen de Dios el Padre en la tierra.
Jesucristo fue al cielo, pero aquí en la tierra dejo a un pueblo “la Iglesia, los cristianos” y prometió estar donde están dos o tres reunidos. «Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». Mateo 18:20 La Iglesia es la imagen visible de un Dios invisible, la reunión de los santos puede cambiar las condiciones de una ciudad cuando hay oración conjunta.
Cuando hay conocimiento de la verdad eres libre, y la verdad es Cristo. Pero si solo tienes religión no eres libre, estas sujeto a este mundo caído.
«Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él». Colosenses 1:16 «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios». Juan 1:1 Todo lo que sale de la boca de Dios el Espíritu Santo obra para crear lo que dice la Palabra de Dios. Cuando un cristiano verdadero que conoce el poder que hay en la Palabra de Dios, la empieza a declarar con su boca, los milagros comenzarán a suceder. Pero el que no conoce solo hablara de la enfermedad, de su problema. El Espíritu Santo está esperando que tu hables la Palabra de Dios.
Dios creo todo lo que hay en las regiones celeste (sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades). Y El reina a la diestra de Dios el Padre sobre el segundo cielo. «quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades». 1 Pedro 3:22 El diablo fue derrotado pero no fue eliminado, está en la tierra para que seamos probados en fe.
«Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros». Santiago 4:7 Sométete a Dios, el diablo tiene que huir, hace XXI siglo el fue derrotado por Jesucristo. «Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre». Hebreos 2:14-15
El hombre en la tierra debido al miedo a la muerte estaban como esclavos del diablo, esto es religión. La ley de las obras que nos era contraria quedo clavada en la cruz.
«anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz». Colosenses 2:14-15
Este poder de triunfo, Jesucristo se lo dio a la Iglesia cristiana. «pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra». Hechos 1:8 El poder de resurrección, poder de victoria. «Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia». Colosenses 1:17-18
La Iglesia es la extensión del cielo en la tierra
La Iglesia está en la tierra para traer todos los recursos del cielo, por esto Dios estableció leyes guiadas por el Espíritu Santo. «Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra». Romanos 7:6 El Espíritu Santo nos mueve en dar el amor de Dios.
Dios estableció la ley de dar diezmos y ofrenda para que tengamos bien nuestra economía como hijos de Dios. Al dar diezmos y ofrendas abrimos los cielos desde la tierra. «Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado». Deuteronomio 16:16-17 No podemos pedir en oración sin la ofrenda.
La Iglesia es el cuerpo de Cristo. «Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu». 1 Corintios 12:12-13
«Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros». 1 Corintios 12:20-21
Jesucristo dijo de la Iglesia:
«sobre esta ROCA (El Cristo el hijo del Dios viviente) edificaré MI IGLESIA; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti (IGLESIA) te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos». Mateo 16:18-19
Eventos proféticos que pronto sucederán
1. La Iglesia en el rapto o arrebatamiento al cielo
«En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis». Juan 14:2-3
El prometió regresar. «pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo». Hechos 1:8-11
«Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras». 1 Tesalonicenses 4:16-18
Preparémonos, no estemos en adulterio con el mundo. «No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre». 1 Juan 2:15-17
2. La Iglesia en el cielo
Jesucristo nos lleva al cielo para ser recompensados en el Tribunal de Cristo y para las Bodas Reales.
Seremos probados. «Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará». 1 Corintios 3:11-13 De acuerdo a tu nivel de fe vendrá tu prueba.
«Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego». 1 Corintios 3:14-15 ¿Cómo estás cumpliendo tu compromiso de ser cristiano?
«Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida». 2 Corintios 5:1-4
«Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo». 2 Corintios 5:9-10
Las Bodas del Cordero:
«Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos». Apocalipsis 19:7-8
Debemos estar siempre en santidad.
3. La Iglesia regresando a la tierra con Jesucristo en su segunda venida
«Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos». Apocalipsis 19:14
- Zacarías 14:1–3, 4–5
- Apocalipsis 1:7
- Apocalipsis 19:11–13, 14, 15–16
- Apocalipsis 19:20–21
4. La Iglesia en la tierra con Jesucristo ejerciendo autoridad y poder sobre las naciones durante mil años
«Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo». Apocalipsis 20:1–3
Mensaje de Jesucristo a la Iglesia de Laodicea:
«Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete». Apocalipsis 3:15-20
«He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias». Apocalipsis 3:20-22
« Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre». Apocalipsis 2:26-27
Jesucristo dio nacimiento a la Iglesia para que diera conocimiento que un día regresará
a la tierra a reinar en un reino de justicia, paz y gozo, reinando con vara de hierro durante el milenio.
«y le daré la estrella de la mañana. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias». Apocalipsis 2:28-29
«Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido». Apocalipsis 21:1-2
La nueva Jerusalén:
«Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal». Apocalipsis 21:9-11
Si hay en tu vida arrepentimiento genuino y verdadero. «Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte». Romanos 8:1 Entra a tu cuarto de oración y haz guerra contra los demonios.
«Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios». Romanos 8:7-8 Debemos llevar la carne a la cruz (Gálatas 2:20).
«porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios». Romanos 8:13-14
¿Cómo Dios considera a su Iglesia?
«teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal». Apocalipsis 21:11
«El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio». Apocalipsis 21:18 Dios aquí en la tierra nos prueba con respecto al dinero. Todo el recurso que Dios nos da es para que lo usemos para el bien vivir.
«y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio». Apocalipsis 21:19-21
«No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos». Apocalipsis 22:5
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