Jesús dijo: Yo Soy la resurrección

Apóstol Jesús Tax:

Un primer día de la semana Cristo resucito de entre los muertos. Estamos en Primavera celebrando este acontecimiento de hace XXI Siglos. La Pascua representa un cordero en sacrificio, Dios establece que la sangre del cordero es vida, y la sangre de Jesús hizo expiación por todos los seres humanos.

«Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros». Isaías 53:4-6

La primera venida de Jesucristo representa su sacrificio, la segunda venida viene como juez. Preparémonos!

Cristo viene por una novia pura y sin mancha, es el trabajo del Espíritu Santo en el planeta tierra. Entremos al camino a través del arrepentimiento de todo pecado, arrogantes, soberbios. «Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes». Santiago 4:6 Mientras Jesucristo no venga hay oportunidad de salvación. Humildad es creer lo que dice la Palabra de Dios, y obedecer.

Jesucristo resucitó para dar nacimiento a la Iglesia cristiana.

Todos los seres humanos tenemos que estar preparados para la muerte

Lázaro tenia una enfermedad de muerte. «Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana». Juan 11:1

«(María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.) Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella». Juan 11:2-4 Es un caso para que Dios se glorificara, Dios se glorifica donde hay fe.

«Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño. Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto;». Juan 11:11-14

Por el pecado entró la muerte. «Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron». Romanos 5:12

La muerte es transitoria, solamente en Jesucristo puede haber resurrección. «Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos». 1 Corintios 15:21

En Adán morimos, pero en Jesucristo vida eterna.

«Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados». 1 Corintios 15:22 El pecado trajo limitación de vida, trajo la muerte. Jesucristo vino a solucionar el problema de la muerte.

«Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida». 1 Corintios 15:23 La venida que esperamos los cristianos es el rapto de la Iglesia, es la promesa.

«Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. Jesús le dijo: Tu hermano resucitará». Juan 11:22-21-23 Si llegas a morir resucitarás.

La Biblia nos enseña de la generación que no vera muerte, es la generación del rapto de la Iglesia. Sino queremos pasar por la muerte debemos anhelar su venida. «Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente». Apocalipsis 22:17

El Espíritu Santo nos ayuda a vivir en santidad. «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios». Romanos 8:14 Debemos obedecer la Palabra de Dios, seguir las instrucciones de Dios. Crucifiquemos nuestra voluntad en la cruz. «Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí». Gálatas 2:20 Ayunemos para ser sensibles a la voz del Espíritu Santo, porque el no se mueve en la carne.

Jesús dijo: Yo soy la resurrección

«Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá». Juan 11:23-25 Tienes que estar repitiendo esta Palabra porque el diablo trata de asustarnos con enfermedades de muerte.

La Biblia dice que la muerte es un enemigo que tenemos que estar luchando. «Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies». 1 Corintios 15:25

Cristo está esperando oír tus oraciones de la tierra, él está en los cielos reinando esperando que tú ores a él, y pongas a todos los enemigos bajos los pies de Cristo. «Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte». 1 Corintios 15:26

¿Cuándo será vencida la muerte?

«Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley». 1 Corintios 15:54-56

«Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?». Juan 11:25-26

«Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible». Marcos 9:23

1. La resurrección es una doctrina fundamental establecida por Jesucristo

Doctrinas que ponen el cimiento de la vida cristiana de cualquier creyente:

«Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, 2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno». Hebreos 6:1-2

Tenemos que arrepentirnos de ser incrédulos, de ser independientes de Dios, de dudar de Dios y Su Palabra, arrepentirnos de todo lo malo que estamos haciendo. Muchas personas viven en la fornicación, el adulterio, robando, maldades, amargura de su corazón.

Nadie puede entrar a la salvación en Cristo sino hay arrepentimiento, arrepentimiento es reconocer que estamos mal. Hemos nacido en el mundo y hemos crecido en el pensamiento del mundo, y el príncipe del mundo es el diablo. Cuando entramos al evangelio de Cristo tenemos que cambiar al pensamiento de Cristo, cambiar nuestra forma de pensar, dejando el pensamiento del mundo para entrar al pensamiento de Cristo.

«Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí». Juan 5:39 La Biblia representa Jesucristo.

Hay un arrepentimiento falso, es como el ladrón que lo pescan robando, y dice: “estoy arrepentido”. No está arrepentido, fue sorprendido con las manos en la masa y se avergüenza que lo sorprendieron. No está arrepentido, tiene remordimiento, con el tiempo volverá a lo mismo. Arrepentimiento es dejar definitivamente lo que hizo, y no volver atrás.

Si hay verdadero arrepentimiento vendrá la fe que nos salva, la fe que viene de Dios para salvación. En está fe confesamos a Jesucristo como Señor y Salvador.

Nos bautizamos en agua y somos bautizados en el Espíritu Santo para caminar con el Espíritu Santo.

Imposición de manos: Empezamos a servirle al Señor porque nuestras cartas credenciales son nuestras manos, pondremos manos sobre los enfermos y sanarán.

«Y el resplandor fue como la luz; Rayos brillantes salían de su mano, Y allí estaba escondido su poder». Habacub 3:4

Resurrección de muertos. Quiere decir que habrá un tiempo de muerte pero habrá resurrección.

Y para todos los que no creyeron la segunda venida de Cristo viene para ser juicios a las naciones. «Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego». Apocalipsis 20:11-15

2. La resurrección en el rapto de la Iglesia

«Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero». 1 Tesalonicenses 4:16

Cristo prometió regresar por los suyos

«En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis». Juan 14:2-3

Cuantos de nosotros hemos visto partir algún familiar, sabemos que un día creyeron y aceptaron a Cristo, y sabemos conforme a las Escrituras que se fueron a casa. En la tierra estamos de manera temporal, somos peregrinos y extranjeros.

«Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras». 1 Tesalonicenses 4:17-18

¡Maranata: El Señor regresa!

«Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente». Apocalipsis 22:17 El Espíritu Santo y la Iglesia dicen : Ven.

Es la voluntad del Espíritu Santo que estemos orando por el regreso de nuestro Señor Jesucristo.

3. Prediquemos la resurrección de Cristo y su promesa de resucitarnos

«Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados». 1 Corintios 15:12-14 Tenemos que tener el fundamento de Cristo.

«Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas. Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos». Romanos 10:5-8

La Biblia dice que la palabra que sale por la boca de nosotros es medicina. La medicina debe aplicarse durante la mañana, medio día, en la noche.

«El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca». Lucas 6:45 Si tu vienes a la Iglesia a escuchar la Palabra de Dios, esa Palabra se almacenará en tu corazón, y cuando hables hablarás la Palabra de Dios. Pero si en lugar de estar escuchando la Palabra de Dios estás escuchando la palabra del mundo “chisme, critica, miedo, malas palabras”, tu corazón estará lleno del mundo.

«Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo». Romanos 10:8-10

Toda persona que confiese que Jesucristo es el Señor será salvo.

«Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo». Romanos 10:11-13

«¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! ». Romanos 10:14-15

Jesucristo te bautizo con el Espíritu Santo

«Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios». 2 Timoteo 1:7-8«pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra». Hechos 1:8

«pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra». Hechos 1:8

«Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán». Marcos 16:17-18

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