El poder de la resurrección

En el capitulo 6 del libro de Hebreos encontramos los seis fundamentos de la doctrina de Cristo.

  1. El arrepentimiento de obras muertas.
  2. La fe en Dios.
  3. Doctrina de bautismos.
  4. La imposición de manos.
  5. La resurrección de los muertos.
  6. El juicio eterno.

La palabra resurrección significa: levantarse, alzarse, resurgir, renacer. Dios es quien da muerte y vida. «Ved ahora que yo, yo soy, Y no hay dioses conmigo; Yo hago morir, y yo hago vivir; Yo hiero, y yo sano; Y no hay quien pueda librar de mi mano». Deuteronomio 32:39, 1 Samuel 2: 6, Salmos 103: 3-5

Profecías de la resurrección en el Antiguo Testamento

  1. «Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí». Job 19:25-27
  2. «Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos». Isaías 26:19
  3. «Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad». Daniel 12:2-3
  4. «De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol; la compasión será escondida de mi vista». Oseas 13:14
  5. El valle de los huesos secos. Ezequiel 37:1-14

La profecía del rey David.«Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia. A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente; Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción». Salmos 16:7-10 Esta es la profecía a la que se refirieron el apóstol Pedro y el apóstol Pablo cuando hablaron de la resurrección de Jesucristo (Pedro, Hechos 2:22–39, Pablo Hechos 13:26–39).

Las posturas de la resurrección en el Nuevo Testamento

  • Los fariseos y esenios creían en la resurrección.
  • Los saduceos la rechazaban. (Hechos 23:8).
  • La mayoría de los judíos creían en la resurrección. (Juan 11:24)
  • En cambio, los gentiles creían en el rapto, pero no en la resurrección. (1 Corintios 15, Hechos 17:32-34).

La pregunta de los saduceos sobre la resurrección a Jesús.

«Aquel día vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo: Maestro, Moisés dijo: Si alguno muriere sin hijos, su hermano se casará con su mujer, y levantará descendencia a su hermano. Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos; el primero se casó, y murió; y no teniendo descendencia, dejó su mujer a su hermano. De la misma manera también el segundo, y el tercero, hasta el séptimo. Y después de todos murió también la mujer. En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será ella mujer, ya que todos la tuvieron?». Mateo 22:23-28 Aquí los saduceos hablaban de la ley de levirato. «Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco. Y el primogénito que ella diere a luz sucederá en el nombre de su hermano muerto, para que el nombre de este no sea borrado de Israel». Deuteronomio 25:5-6 Este fue el caso de Rut con Booz.

La respuesta de Jesús. «Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo. Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Oyendo esto la gente, se admiraba de su doctrina». Mateo 22:29-33

Dios se presentó a Moisés en la zarza como el Yo Soy. «Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios». Éxodo 3:6

«Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir». Hebreos 11:17-19

En el evangelio de Juan Jesús enseñó mucho de la resurrección en los postreros tiempos: Hay nueve resurrecciones de entre los muertos en la Biblia (3 en el A. T., 6 en el N. T.) de las cuales 3 hizo Jesús en su ministerio de 3 años y medio en la tierra). Jesucristo es el número 7 en resucitar y el número 4 en el Nuevo Testamento.

Los tres casos de resurrección en el Antiguo Testamento

1. La resurrección del Hijo de la viuda de Sarepta (Elías). «Después de estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo del ama de la casa; y la enfermedad fue tan grave que no quedó en él aliento. Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí para traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo? Él le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo, y lo llevó al aposento donde él estaba, y lo puso sobre su cama. Y clamando a Jehová, dijo: Jehová Dios mío, ¿aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, haciéndole morir su hijo? Y se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él. Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió. Tomando luego Elías al niño, lo trajo del aposento a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu hijo vive. Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca». 1 Reyes 17:17-24

2. La resurrección del Hijo de la Sunamita (Eliseo). «Y venido Eliseo a la casa, he aquí que el niño estaba muerto tendido sobre su cama. Entrando él entonces, cerró la puerta tras ambos, y oró a Jehová. Después subió y se tendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor. Volviéndose luego, se paseó por la casa a una y otra parte, y después subió, y se tendió sobre él nuevamente, y el niño estornudó siete veces, y abrió sus ojos. Entonces llamó él a Giezi, y le dijo: Llama a esta sunamita. Y él la llamó. Y entrando ella, él le dijo: Toma tu hijo. Y así que ella entró, se echó a sus pies, y se inclinó a tierra; y después tomó a su hijo, y salió». 2 Reyes 4:32-37

3. Un cadáver que fue arrojado a la tumba del profeta Eliseo. «Y murió Eliseo, y lo sepultaron. Entrado el año, vinieron bandas armadas de moabitas a la tierra. Y aconteció que al sepultar unos a un hombre, súbitamente vieron una banda armada, y arrojaron el cadáver en el sepulcro de Eliseo; y cuando llegó a tocar el muerto los huesos de Eliseo, revivió, y se levantó sobre sus pies». 2 Reyes 13:20-21

Los seis casos de resurrección en el Nuevo Testamento

4. Jesús resucita al hijo de la viuda de Naín. «Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre. Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo. Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor». Lucas 7:11-17

5. Jesús resucita a la hija de Jairo. «Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer». Marcos 5:35-43

6. La resurrección de Lázaro. «Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir». Juan 11:38-44

7. La resurrección de Jesucristo. Dos personas participaron en la sepultura de Jesús (José de Arimetea y Nicodemo). Los 7 elementos de la sepultura según 2 Corintios 8:9.

  1. Sepulcro nuevo (1 Corintios 15: 55–58)
  2. Sábana nueva (1 Samuel 2: 18–19)
  3. En una peña (Éxodo 17: 6)
  4. Una gran piedra (Efesios 2: 20)
  5. Perfumes (Éxodo 30:22–25)
  6. Cerca del Monte Gólgota (Génesis 3:14–15)
  7. Un huerto (Viñedo) (Juan 15: 1 – 5)

Jesucristo resucitó el 17 de Nisán. La señal del profeta Jonás: 3 días y 3 noches (Mateo 12:38-40, Mateo 16: 1-4, Marcos 8:11-13, Lucas 11:29-30, Lucas 12:54-56, Juan 18:22). Jesús habló de su muerte y resurrección:

Mateo 16:21–23 Marcos 8:31–33 Lucas 9:21-22
Mateo 17:22–23 Marcos 9:30-32 Lucas 9:43–45
Mateo 20:17–19 Marcos 10:32–34 Lucas 18:31–34
Mateo 26:30-35 Marcos 14:26–31 Lucas 22:31-34

Jesucristo es nuestra primicia. «Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta. Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús. Felipe fue y se lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús. Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará». Juan 12:20-26

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna». Juan 3:16

8. Tabita – Dorcas es resucitada (Pedro) «Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía. Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala. Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros. Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor. Y aconteció que se quedó muchos días en Jope en casa de un cierto Simón, curtidor». Hechos 9: 36-43

9. La resurrección del joven Eutico en Troas (Pablo) «El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche. Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos; y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo. Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió. Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados». Hechos 20:7-12

De las nueve resurrecciones en la Biblia, 3 eran gentiles.

  • En el Antiguo Testamento (el hijo de la viuda de Sarepta, el hijo de la sunamita).
  • En el Nuevo Testamento (el joven Eutico).

7 Evidencias de la resurrección de Jesucristo

1. El primer testigo fue una mujer: María Magdalena, quien fue liberada de 7 demonios.

  • Financiaba el ministerio de Jesús. Lucas 8:1-3
  • Fue testigo de la muerte de Jesús. Mateo 27:55-56
  • Fue testigo de la sepultura de Cristo. Mateo 27:61
  • Tuvo el privilegio de ser la 1ª persona en ver a Jesús resucitado. Lucas 24:1-10

«Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día». Lucas 24:4-7

Las mujeres de la cruz:

  1. María, la madre terrenal de Jesús.
  2. María Magdalena.
  3. Salomé: mujer de Zebedeo y madre de Jacobo el mayor y Juan, hermana de María.
  4. María de Cleofas: mujer de cleofas, hermano de José y padres de Mateo, Jacobo el menor y Judas Tadeo.
  5. Juana, mujer de Chuza, intendente de Herodes.

2. Los discípulos de Jesús

«Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce». 1 Corintios 15:1-5 Jesús se aparece a dos discípulos en el camino a Emaús. (Lucas 24:13–35, Marcos 16:12-13)

Jesús se aparece a sus discípulos, menos a Tomás. «Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos. Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron». Juan 20:19-29

Jesús hace un milagro para 7 discípulos en el mar de Galilea (la pesca milagrosa, 153 peces).

«Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre». Juan 20:30-31

3. La Guardia Romana

  • Fue enviada para vigilar la tumba (Mateo 27:62-66).
  • Aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.
    a) La piedra pesaba una tonelada de peso.
    b) Tenía el sello de Roma.
    c) Pusieron la guardia romana.
  • Fueron testigos de la resurrección de Jesús (Mateo 28:1-4).
  • El informe de la guardia (Mateo 28:11-15).

4. Los 500 testigos oculares.

Durante 40 días Jesús se presentó vivo con muchas pruebas indubitables y hablando acerca del Reino de Dios. «Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles». 1 Corintios 15: 6-7

«En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios». Hechos 1:1-3

5. El apóstol Pablo. (Escribió más del 50% del N. T.)

«Y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí. Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído». 1 Corintios 15:8-11

6. El nacimiento de la iglesia

  • En Cesarea de Filipos Jesús anuncia el nacimiento de la iglesia. «Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos». Mateo 16:18-19
  • Jesús, después de resucitar, establece la Gran Comisión (Mateo 28:18–20, Marcos 16:15–18, Lucas 10:18–20, Juan 20:21-23).
  • Jesús da instrucciones a sus discípulos de quedarse en Jerusalén  esperando la venida del Espíritu Santo (Hechos 1:4-8).
  • Jesús, asciende al cielo (Hechos 9:1-11).
  • La sucesión de Judas Iscariote – Matías (Hechos 1:12-26).
  • 120 personas reunidas en el aposento alto (Hechos 1:12-15).
  • 11 apóstoles mas María, la madre terrenal de Jesús y sus hermanos (Marcos 6:3).

«Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen». Hechos 2:1-4

16 nacionalidades fueron testigos de la venida del Espíritu Santo (Hechos 2:5-13)

Partos Judea Frigia Cirene
Medos Capadocia Panfilia Romanos
Elamitas Ponto Egipto Cretenses
Mesopotamia Asia Africa Árabes

Los horarios, la predicación de Pedro:

  • Fue a las 9:00 am (Hechos 2:14-15)
  • Joel (Joel 2:28-32).
  • David (Salmos 16:7-10; 89:3-4; 110:1).
  • 3000 personas aceptaron a Jesucristo (Hechos 2:37-42).
  • La curación del cojo de nacimiento fue a las 3:00 pm (hechos 3:1-10).
  • 5,000 personas mas aceptaron a Jesucristo (Hechos 4:4, 32-33).
  • 120 + 3,000 + 5, 000 = 8,120 personas.
  • Hubieron muchas señales y maravillas (Hechos 5:12-16).

«Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente. Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados». Hechos 5:12-16

7. La fe en Jesús

«Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos». 1 Corintios 15:12-21

«Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá». Romanos 1:16-17

«Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús». Efesios 2: 6-7

Agradamos a Dios con fe. «Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan». Hebreos 11:6

La definición de la fe y su éxito. «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía». Hebreos 11:1-3

Somos salvos por la fe. «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios». Efesios 2:8

Cristo venció a la muerte. «Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre». Hebreos 2:14-15

«En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz». Colosenses 2:11-15

«¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano». 1 Corintios 15:55-58

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