El poder de la adoración

Apóstol Sydney Stair:

«Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre, las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, allí fueron estrujados sus pechos virginales. Y se llamaban, la mayor, Ahola, y su hermana, Aholiba; las cuales llegaron a ser mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron: Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba». Ezequiel 23:4

Dios se está refiriendo a una nación que fornico. « Y Ahola cometió fornicación aun estando en mi poder; y se enamoró de sus amantes los asirios, vecinos suyos, vestidos de púrpura, gobernadores y capitanes, jóvenes codiciables todos ellos, jinetes que iban a caballo. Y se prostituyó con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los asirios, y con todos aquellos de quienes se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de ellos». Ezequiel 23:5-7

En el año 870 a.C. un hombre llamado Omri compró Samaria “Ahola”, su heredero Acab se caso con una mujer llamada Jezabel, hija de Et Baal. Desde niña Jezabel creció viendo la adoración intrínsecamente ligado a la fornicación y promiscuidades sexuales.

Samaria y Jerusalén eran un solo pueblo, siendo Samaria la capital del reino. En el año 722 a. C. un rey de Asiria llamado Salmanasar quiso conquistar Samaria pero no pudo porque los muros eran fuertes. Su hijo Sargón continuó lo que comenzó su padre hasta que finalmete lograron conquistar Samaria. «Y trajo el rey de Asiria gente de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria, en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria, y habitaron en sus ciudades». 2 Reyes 17:24

En lugar de los hijos de Israel trajeron hombres de las cinco naciones.

«Pero cada nación se hizo sus dioses, y los pusieron en los templos de los lugares altos que habían hecho los de Samaria; cada nación en su ciudad donde habitaba». 2 Reyes 17:29

El problema de la migración es que las personas llevan sus ídolos. Cada país está en la condición en que está debido a quien está adorando.

« Los de Babilonia hicieron a Sucot-benot, los de Cuta hicieron a Nergal, y los de Hamat hicieron a Asima. Los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac, y los de Sefarvaim quemaban sus hijos en el fuego para adorar a Adramelec y a Anamelec, dioses de Sefarvaim». 2 Reyes 17:30-31

«Temían a Jehová, y honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladado». 2 Reyes 17:32

  • Samaria significa “guardiana”.
  • Jerusalén significa “doble paz”.

Samaria y Jerusalén se separaron quedando de enemigos.

Jesús y la mujer samaritana.

Todo lo que hacía Jesús era porque se lo indicaba el Padre. «salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea. Y le era necesario pasar por Samaria. Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta». Juan 4:3-6

«Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla». Juan 4:8-15

«Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad». Juan 4:16-18

¿Cuántos maridos le dijo Jesús que tenia está mujer?

¿De cuántos paises son los hombres que trajo el rey Sargón para establecerlos en Samaria?

Jesús le está diciendo que ella está idolatrando a cinco dioses diferentes, el que ahora está adorando tampoco es suyo. Lo que tu y yo vemos en lo natural es un asunto carnal, pero lo que Jesús está bregando es un asunto espiritual. Está mujer esta desesperada tratando de encontrar al Dios que originalmente sus antepasados adoraban, recordemos que Samaria y Jerusalén eran un solo pueblo.

«Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren». Juan 4:20-23

«Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo?». Juan 4:28-29

Cuando tu tienes un encuentro con el Señor no quieres volver a más nada que no sea Él. La mujer samaritana tuvo religión que no la cambiaron pero un encuentro con Jesús lo hizo todo.

Cada vez que Israel se entregaba en manos de los baales comenzaba la idolatría desenfrenada.

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