El diezmo es comida apartada para Dios

Este mensaje es para aquella persona que quiera creerle a Dios, y obedecer las instrucciones de la Palabra de Dios ante la crisis financiera mundial. «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve». Hebreos 11:1 Solo por el Espíritu Santo podemos ver lo que otros no puede ver.

Hoy las naciones están siendo afectadas en su economía por apartarse de Dios, han establecido un sistema económico en la deuda (esclavitud de una persona trabajando para otra). La pobreza es producto de la injusticia del hombre, de su maldad, y Dios no quiere que allá esclavos, él estableció la libertad en Cristo Jesús.

«Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos». Hageo 2:6-8 Es lo que Dios le está hablando a las naciones que se han aprovechado de otras con respecto a los recursos que él puso. El oro y la plata no es de las naciones, sino de Dios.

Dios nos exhorta a caminar en fe. «no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas». 2 Corintios 4:18 Todo cristiano debe aprender a caminar en fe, mantener toda obra de la carne en la cruz. «Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí». Gálatas 2:20

«Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos». 2 Corintios 4:7-9 Este tesoro es Cristo que mora dentro de nosotros.

«Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos». 2 Corintios 4:13 Tenemos que poner atención a la Palabra de Dios para creerla, declararla con la boca y actuar.

«El hombre será saciado de bien del fruto de su boca; Y le será pagado según la obra de sus manos». Proverbios 12:14 Una cosa es el fruto de tu boca y otra el fruto del trabajo.

La inflación mundial en 2022

La inflación es el incremento de precios de los alimentos, así como de otros bienes y servicios, donde el salario no alcanza para comprar y cubrir todas las necesidades básicas de la familia. Se ha llamado: El impuesto de los pobres.

Dios no desampara a sus hijos que caminan en fe. «Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan. En todo tiempo tiene misericordia, y presta; Y su descendencia es para bendición». Salmos 37:25-26 En tiempo de inflación tendrás para prestar, el justo vivirá en bendición de Dios.

«Apártate del mal, y haz el bien, Y vivirás para siempre. Porque Jehová ama la rectitud, Y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados; Mas la descendencia de los impíos será destruida. Los justos heredarán la tierra, Y vivirán para siempre sobre ella». Salmos 37:27-29

Se debe ayudar a los necesitados, porque somos un canal de bendición y mayor bendición hay en el dar. «En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir». Hechos 20:35

Dar a Dios lo que es de Él, para que de está manera el ciclo de la bendición fluya.

Tres tiempos importantes que debemos conocer

  • El tiempo de Abraham: El pacto que Dios hizo con Abraham, te daré toda la tierra, los bienes riquezas que hay en ella.
  • El tiempo de Moisés: Cuando Israel salio de la cautividad de Egipto, Dios los llevo al monte Sinaí. Es allí donde Dios estableció las leyes, estatus, los 10 mandamientos, para que conocieran lo que era el pecado.
  • El tiempo de Jesucristo: Jesucristo cancelo la maldicion de pobreza, de ruina, y entramos a un nuevo pacto en el régimen nuevo del Espíritu Santo para conducirnos en está tierra. Ahora todos los que han recibido a Jesucristo como Salvador y le han hecho el Señor de su vida, pasan a ser herederos de la promesa que Dios le dio a Abraham (las bendiciones de está tierra).

En el tiempo del Señor Jesucristo es donde conocemos acerca del Reino de Dios. «Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo». Romanos 14:17 «Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder». 1 Corintios 4:20 En el reino de lo humano no hay solución, en los gobiernos no hay solución, en el reino de lo natural no hay solución, tenemos que acudir al Reino de los Cielos.

¿Cómo conectar la tierra con el cielo? ¿Cómo conectar la vida del justo con las bendiciones del reino?

Dios estableció leyes que tienen que ver con la economía de la comida, alimento. Y estás leyes hablan del diezmo y la ofrenda. «Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús». Filipenses 4:19

Dios llevó 40 años en el desierto al pueblo de Israel para que aprendieran a temerle, para que aprendieran a depender de Él todos los días. Todos los días tenían que salir a recoger el maná, el que guardaba para el otro día se le echaba a perder. La medida que Dios estableció fue el gomer, que representa el diezmo. El diezmo sirve para alimentar a una familia, no es tu salario. El diezmo es el punto de contacto que hace los milagros financieros.

Y les hablo estás palabras en el monte Sinaí, lo primero es para Dios. «Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites, entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre. Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos daría». Deuteronomio 26:1-3

«Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios.». Deuteronomio 26:10

En la obediencia estará la bendición. «Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán. Y dirás delante de Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos. No he comido de ello en mi luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo, ni de ello he ofrecido a los muertos; he obedecido a la voz de Jehová mi Dios, he hecho conforme a todo lo que me has mandado. Mira desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel. Jehová tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y decretos; cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma. Has declarado solemnemente hoy que Jehová es tu Dios, y que andarás en sus caminos, y guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz. Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos». Deuteronomio 26:12-18

El tabernáculo era el lugar de sacrificio, el lugar de encuentro con Dios, allí trabajaban los sacerdotes. Las personas llevaban el sacrificio, lo mejor. Primero la ofrenda en sacrificio, después el sacerdote entraba a lugar santo, y una vez al año el sumo sacerdote entraba al lugar santísimo, esto representa la oración.

La Biblia enseña que cuando diezmamos, ofrendamos, y oramos los cielos se abren. «Juntadme mis santos, Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio». Salmos 50:5 «Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo; E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás». Salmos 50:14-15

Los milagros suceden con lo que pongas de lo material en las manos de Dios. Sino ponemos el diezmo y la ofrenda en las manos de Dios, no podrá haber milagros financieros.

El número 10

  1. Dos veces diez en el cuerpo: Diez dedos en las manos (de aquí el concepto de mano de obra), y diez dedos en los pies.
  2. El sistema métrico decimal: Unidad de medida (metro, kilogramo), sistema de conteo (de 10 en 10). Lavoisier dijo: “nada más grande ni más sublime ha salido de las manos del hombre que el sistema Métrico Decimal”
  3. El diez en los milagros de multiplicación de Dios: Isaac enriqueció en la multiplicación del 100 * 1 (Génesis 26:12), la cosecha de 30, 60 y 100 * 1 del labrador que sembró la semilla en buena tierra (Mateo 15:8), el Señor Jesús multiplicó los 5 panes y 2 peces para dar de COMER a multitudes (Marcos 6:38-44).

El diezmo es comida apartada para Dios

Nadie lo puede evadir. «Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días». Deuteronomio 14:22-23

Primero la casa de Dios y después vendrá la bendición a tu casa. «Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde». Malaquias 3:10

Cuando Dios mando al profeta Elias a la casa de la mujer viuda, la instrucción fue darle de comer primero al profeta, cuando la mujer obedeció vino la multiplicación a su casa. Todo lo que pongamos en las manos de Dios se multiplica, pero tenemos que tener fe.

«Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová. Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio por ello. Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová.». Levitico 27:30-32

La ofrenda de los Filipenses al ministerio del Apóstol Pablo

Pablo estaba enseñando como dar fruto en el reino de Dios, como un cristiano puede ser prosperado en Dios, sembrar en buena tierra.

«Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades. No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús». Filipenses 4:15-19

El diezmo y la ofrenda suplirá todo lo que tu y yo necesitamos.

«Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios». 2 Corintios 9:6-11

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