Conferencias de Restauración Familiar 2023 / Domingo

Pastor Ernesto Pinto:

¿Cuáles son las características de un padre conforme al corazón del Padre Celestial?

Principios:

1. Saber donde está la fuente de sabiduría (Salmos 111). La sabiduría es saber tomar decisiones, ser el hombre o mujer prudente que Dios desea. «El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; Su loor permanece para siempre». Salmos 111:10

Antes que usted tome decisiones, pronuncie una palabra que pueda dañar el corazón de sus hijos tenga el temor de Dios. ¿Cuántas personas talentosas sean quedado a medio camino por una palabra que los marco?. Muchas de estas personas que los marcaron fueron sus padres. «La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos». Proverbios 18:21

Si la Palabra te está reprendiendo, arrepiéntete. Padres, ¿Leen las Escrituras con sus hijos?

«Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él». Proverbios 22:6

«El sabio teme y se aparta del mal. Mas el insensato se muestra insolente y confiado». Proverbios 14:16 El hombre común sin Cristo, ve el mal y se une. Por esto fue el diluvio, el corazón del hombre era de continuo al mal (Génesis 6:5). Tenemos el ejemplo de David, el no cometió el pecado del adulterio de un día a otro, sino en sus pensamientos todo fue un proceso.

2. El aspecto de un hombre conforme al corazón de Dios «Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera». Salmos 112:1

¿Cómo renuevo el espíritu de vuestra mente? A través de la justicia y santidad de la verdad.

«En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes». Efesios 4:22-29

Mi descendencia será poderosa en la tierra (Salmos 112:2).

3. Aquel padre que ama a Dios es un proveedor. Se deleita en proveer para su familia. «Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para siempre». Salmos 112:3 Dios nos da la capacidad de producir, no solo de recibir.

4. El hombre de bien presta. «El hombre de bien tiene misericordia, y presta; Gobierna sus asuntos con juicio, Por lo cual no resbalará jamás; En memoria eterna será el justo». Salmos 112:5-6 Pedir prestado no es pecado, pecado es no pagar.

Nadie se burlará de usted, porque camina bajo la bendición de Dios. ¿Cuántos tienen un presupuesto en su casa?

«Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él,». Lucas 14:28-29

Podremos decir, tengo la bendición de Dios, y el me da la capacidad de tener todos estos principios que me ayudan a vivir como un hombre conforme al corazón de Dios.

El aceite de la viuda.

«Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos. Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede». 2 Reyes 4:1-7

Dios te dice: ¿Qué tienes en tu mano?

Tus hijos verán estos milagros, el Padre Celestial nunca te abandonará, El te te va a suplir.

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