Pastor Ernesto Pinto
«Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo». Juan 16:33
«Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros». Santiago 4:7
«Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?». 1 Corintios 6:18-19
La Palabra de Dios nos dice que debemos resistir al diablo, pero solo de la fornicación es la única circunstancia nos manda a huir.
Desobediencia del hombre
«Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella». Génesis 3:1-6
1. En medio de la tentación comenzarás a razonar en tu mente.
En cuanto a la fornicación es uno de los pecados que trabaja el enemigo en nuestra mente. Nunca llegaremos a tal nivel espiritual que ya no tendremos ninguna tentación ni ninguna lucha, todo el tiempo debemos estar perseverantes en la oración, porque en medio de la tentación aparecerá la serpiente.
2. Piensa en las consecuencias después de haber cometido ese pecado.
La infidelidad, el adulterio, comienza por trabajar en la mente. La Escritura nos dice que el fruto era apetecible a los ojos de Eva (Génesis 3:6). Recordemos a José cuando fue tentado por la esposa de Potifar, el salió corriendo sin ropa porque estaba a punto de fornicar (Génesis 39:12).
Natán amonesta a David:
«Jehová envió a Natán a David; y viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre. El rico tenía numerosas ovejas y vacas; pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija. Y vino uno de camino al hombre rico; y este no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para aquel que había venido a él. Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia». 2 Samuel 12:1-6
Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre”. 2 Samuel 12:7
Tarde o temprano vamos a ser confrontados con nuestros propios pecados, ya Dios nos ha advertido, nos ha dado la Palabra.
«Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén». 2 Samuel 11:1 Era la responsabilidad de David estar en la guerra y guiar al pueblo.
Nadie mas tiene responsabilidad por tu vida que tu mismo, nadie tiene la responsabilidad de aplicar la Palabra por ti que tu mismo. recuerda que la Palabra es aquella que te da autoridad para resistir y para reprender al diablo, las enfermedades.
El diablo viene con mentiras a tu mente “no te vas a morir, prueba y veras”. Nuestros miembros Dios no los ha creado para el pecado (Romanos 6:13) sino para vivir para Dios.
El matrimonio es algo sagrado. «Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios». Hechos 13:4
David no cumplió su responsabilidad de salir a la guerra. «Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa». 2 Samuel 11:2
«Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo». 2 Samuel 11:3 Dios habla en medio de la tentación, hay consecuencias pero muchas veces nosotros no pensamos en esas consecuencias.
Una vez que entra la serpiente en tu alma abandonarás la Palabra de Dios, la oración, la santidad; entonces caerás en terrenos del enemigo. Y cuando estés enredado no sabrás como salir.
«Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa». 2 Samuel 11:4 Que triste, David adultero con ella.
Por su puesto que Dios te perdona pero las consecuencias del pecado van a quedar.
Una vez cometido el pecado comenzó a trabajar en la mente como resolverlo, lo primero que vendrá será una mentira.
«Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más». 2 Samuel 12:7-8
¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? 2 Samuel 12:9
¡Hay consecuencias del pecado!
«¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón. Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer». 2 Samuel 12:9-10
«Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol. Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol». 2 Samuel 12:11-12
¿Qué opción te queda?
«Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones». Salmos 51:1 Ya no conforme a mis pensamientos, ya no conforme a mis maldades sino conforme a tus misericordias.
«Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí». Salmos 51:2-3 Tengamos el valor para hacer lo que David hizo.
«Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio». Salmos 51:4 La Palabra es la que nos endereza.
«He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados. Y borra todas mis maldades». Salmos 51:6-9
El pecado hace que perdamos el gozo de la salvación pero también da lugar a las enfermedades en nuestro cuerpo.
Hoy dile al Señor que te limpie conforme a Su misericordia.
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